martes, 25 de agosto de 2009

MEDUSAS


El final del mes de agosto está próximo y con él empiezan a aparecer balances de cómo ha ido el verano en nuestras playas. Uno de estos balances se publicó hace unos días en un periódico local (Diario Sur, 23/08/09), donde se ofrecían datos de la incidencia de picaduras de medusas en el litoral de Málaga. En general, los datos mostrados indican que el número de casos atendidos en los puestos de socorro en lo que llevamos de verano es inferior al de años anteriores, lo cual indica una disminución de la presencia de estos animales. Curiosamente, el mismo día en que apareció el artículo citado, el Diario Vasco publicó un pequeño reportaje con el titular ¿Qué ha sido de las medusas? donde se da cuenta de que estas prácticamente no han aparecido en el litoral donostiarra desde principios del mes de julio, cuando su presencia hizo cundir la alarma en aquellas playas. Hace algo menos de dos semanas, el diario El País informó también de una disminución muy significativa del número de casos atendidos por picaduras de medusas en el litoral catalán. La constatación de estos hechos llevó a los diarios antes citados a preguntarse por qué este año la presencia de medusas ha sido menor en las respectivas playas.


Las explicaciones ofrecidas (previa consulta a expertos) son variadas, aunque en todos los casos se argumenta que probablemente los vientos dominantes durante este verano han impedido que las medusas lleguen a las playas (las medusas tienen escasa capacidad natatoria por lo que están a merced de las corrientes dominantes). Otros factores que se citan son la posible incidencia negativa de los temporales de invierno sobre las larvas de estas especies, o un hipotético aumento de los consumidores de medusas que habrían mantenido a raya a estas poblaciones.


Aunque es pronto para concluir algo, en el caso del litoral de Málaga contamos con datos que al menos sirven para descartar algunas de las hipótesis anteriores. Así, hoy mismo publica el Diario Sur un reportaje en el que se constata que la temperatura del agua de nuestras playas está siendo excepcionalmente alta durante este mes de agosto, algo que se atribuye a la persistencia de los vientos de levante que tienden a generar una corriente desde el interior del mar hacia la costa. Es decir, durante este mes de agosto está predominando un régimen de vientos que debería favorecer la llegada de las medusas a la playa (por cierto, que estas observaciones también contradicen el argumento comúnmente utilizado otras veces de que el aumento de la temperatura del agua de mar es responsable del aumento de la presencia de medusas en las playas). Por lo tanto, si la llegada de medusas no se ha producido masivamente debe ser más bien porque en alta mar hay menos que en el año anterior. Así pues, la pregunta que habría que hacerse no es tanto por qué hay menos medusas en nuestras playas sino por qué éstas han proliferado menos. Las medusas son organismos planctónicos carnívoros que compiten por su alimento con otras especies, y que son a la vez consumidas por otros carnívoros de rango superior en la cadena trófica (entre los cuales se incluyen algunas especies de peces explotados comercialmente). Por tanto, su abundancia depende de las interacciones con otras especies. Hasta la fecha, la naturaleza e intensidad de estas interacciones son muy poco conocidas, por lo que muy probablemente tampoco este año podamos llegar a saber el porqué del comportamiento de estas “plagas”. En cualquier caso, las observaciones mencionadas parecen indicar que la menor presencia de medusas durante este verano (hasta la fecha) ha sido generalizada en gran parte del litoral español, lo que hace pensar que su abundancia está condiciona por factores que actúan a escala regional (más que local).

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