miércoles, 8 de julio de 2009

Más sobre ACIDIFICACIÓN DEL MAR

La química de los carbonatos y el pH de las aguas del mar han sido marcadamente estables durante millones de años, mucho más estables que la temperatura. Aunque se pensaba que el sistema carbono-carbonatos del mar era inamovible, investigaciones recientes han demostrado que el pH del agua de la superficie del mar ha disminuido en hasta un 25% desde el inicio de la industrialización, afectando la reproducción de la vida animal marina.








Recientemente (enero 2009) especialistas en ciencias del mar de 26 países han consensuado y así ha aparecido en la Declaración de Mónaco la preocupación por la acidificación del océano. Estos científicos solicitan de los responsables de la elaboración de políticas que emprendan una acción inmediata a fin de reducir drásticamente las emisiones de CO2 y evitar así la posibilidad de que la acidificación de los océanos dañe extensiva y gravemente los ecosistemas marinos. La Declaración de Mónaco se basa en el Informe sobre las Prioridades de la Investigación Científica elaborado por los participantes en el Segundo Simposio Internacional sobre la Acidificación de los Océanos, organizado en octubre 2008 por la Comisión Oceanográfica Intergubernamental (COI) de la UNESCO, el Comité Científico de Investigaciones Oceánicas (SCOR), el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y el Programa Internacional sobre la Geosfera y la Biosfera (IGBP), con el apoyo de la Fundación Príncipe Alberto II de Mónaco y otras organizaciones.

El pH de las aguas oceánicas de superficie (que oscila entre 8,0- 8,4) es ligeramente básico. Sin embargo, de seguir con la emisión actual de CO2, en muy poco tiempo aumentaría la acidez del agua de mar, ya que se calcula que el pH del mar se reducirá entre 0,14 y 0,35 a lo largo del siglo XXI y así progresivamente si no se pone freno a las emisiones de CO2.
Esta absorción del CO2 puede cambiar la química del agua marina provocando un fuerte impacto en el pH del agua del mar.




La acidificación afectará a especies con esqueletos o caparazones calcáreos, las cuales son especialmente sensibles a las disminuciones del pH, reduciendo su capacidad de reproducción y aumentando la mortalidad; pero es difícil de predecir cómo esta acidificación afectará a ecosistemas completos.

La absorción del dióxido de carbono que emiten las actividades humanas por parte de los océanos ayuda a mitigar el cambio climático, pero por otra parte provoca un aumento en la acidez del agua y esto podría a su vez incrementar el cambio climático. Los océanos absorben buena parte del CO2 de la atmósfera y de los combustibles fósiles, por lo que una variación en esta capacidad podría tener consecuencias imprevisibles.

Y qué sucedería sí a este efecto del CO2 le añadimos posibles riesgos adicionales?. La desalación de aguas marinas mediante ósmosis inversa es una actividad en desarrollo en la cuenca mediterránea cuyos posibles impactos ambientales son poco conocidos. El agua de rechazo de dichas plantas posee una elevada salinidad y un pH relativamente bajo. En cuencas cerradas como ocurre en el mar de Alborán la suma de impactos negativos podrían ocasionar una disminución del pH y una vez acidificada esta cuenca, revertir el proceso llevaría un tiempo difícilmente estimable en la actualidad, incluso asumiendo medidas para reducir las emisiones de CO2.





D. Cortés

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