Manchas rojas en el mar

Esta mañana me comentaban al llegar al laboratorio que la noche pasada resultó ser algo extraña en algunas playas del litoral de Málaga debido a que del interior del agua, muy cerca de la orilla, salía una especie de fosforescencia que daba al mar un tono más romántico de lo habitual. Ya el domingo (dos días antes), había resultado para los bañistas también extraño en algunas playas, por la aparición de llamativas manchas rojizas en el agua (en la misma orilla) lo que según los diarios locales había provocado el que muchos bañistas llamaran a los números de emergencia preocupados por sus posibles consecuencias para la salud. Parece que la preocupación cundió también entre las autoridades porque, según cuentan las mismas fuentes, algunas de estas se había movilizado en busca de información sobre la naturaleza del fenómeno. Como suele ocurrir en estos casos, los expertos en temas relacionados con el mar fueron consultados sobre el fenómeno y el lunes el citado periódico local dio por buena la explicación de uno de estos expertos, el que afirmaba que se trataba de los restos del desove de peces, algo que según el mismo es relativamente habitual en la zona. Hoy martes, el diario vuelve a publicar que el litoral sigue teñido de rojo, aunque “nadie se pone de acuerdo” sobre las causas de lo que califica como un “Expediente X”. Curiosamente el periódico titula así la noticia “Algas que siguen tiñendo de rojo el litoral”. Además apunta que la causa más probable es la de la presencia masiva de microalgas, toda vez que el director del Centro Oceanográfico de Málaga afirmara que era muy improbable que el fenómeno tuviera su origen en el desove de sardinas o boquerones.

Imagen al microscopio óptico de Noctiluca scintillans procedente
de una muestra de agua de mar tomada en las costas de Málaga en 2008

Aquí en el laboratorio dispusimos el mismo lunes de una muestra de esta “mancha rojiza”, lo que nos permitió determinar tras un rápido análisis que el fenómeno en cuestión era producido efectivamente por una microalga del grupo de los dinoflagelados denominada Noctiluca scintillans, que había proliferado masivamente, y a la que acompañaba una cantidad también significativa de otras especies de microalgas de menor tamaño. Noctiluca scintillans es una microalga relativamente habitual en nuestras aguas, aunque se suele encontrar en concentraciones mucho más bajas que las que dieron lugar a estas manchas rojas. La aparición de manchas de estas características (bien protagonizadas por esta o por otras especies) es relativamente habitual (que no frecuente) en nuestras costas, como por otro lado lo es también en todas las zonas costeras del mundo. El color rojo llamativo se debe a los pigmentos que contiene el alga. En conjunto, el Expediente X se conoce con el nombre de marea roja y tiene el inconveniente de que a veces (no digo que este sea el caso), va acompañada de la acumulación en el agua de sustancias que pueden resultar tóxicas si se ingieren a elevadas concentraciones (que se sepa, su contacto con la piel no produce efectos nocivos para la salud). Dado que los animales filtradores marinos (como los moluscos bivalvos) filtran grandes volúmenes de agua, si el medio contiene toxinas estas se pueden acumular en los tejidos de estos animales y de ahí pasar al Hombre (si son consumidos). Esto explica que a veces la presencia de mareas rojas traiga consigo el cierre del caladero de moluscos (ya que las toxinas si se ingieren en grandes cantidades sí producen efectos dañinos), como ya ocurrió por ejemplo hace unas cuantas semanas en Málaga. Lo peculiar de esta marea roja es que esté protagonizada por Noctiluca scintillans (normalmente son otras especies las que producen mareas rojas en nuestra costa), aunque esto tampoco se puede considerar en principio algo extraño (sí poco frecuente).

Si bien el fenómeno de las mareas rojas es bien conocido (en el Antiguo Testamento hay ya algunas referencias), sus causas no lo son tanto. En general se dice que su aparición se debe a una combinación de factores que incluyen una alta disponibilidad de nutrientes (nitratos y fosfatos) en la capa superficial del mar y la ausencia de vientos significativos. Debido a la dinámica hidrológica en nuestra zona costera, estas condiciones (en particular altos nutrientes en el agua de superficie) se suelen dar de enero a junio, que es también cuando suelen aparecer las mareas rojas. Además, en otras zonas costeras, los vertidos procedentes de tierra (que suelen llevar una buena carga de nitratos y fosfatos) parecen que están provocando un aumento en la frecuencia de aparición de estas mareas rojas en los últimos años. En la costa de Málaga, y con los datos de que disponemos, no hay evidencias de que se esté produciendo este aumento, como tampoco hay evidencias de que los nitratos y fosfatos estén cambiando significativamente.

En resumen, se puede afirmar que la aparición de “manchas rojas” es un fenómeno relativamente natural en nuestra costa (independientemente de que su frecuencia pueda estar siendo o no incrementada por la actividad humana), que además suelen ocurrir una o dos veces al año

… y siendo así, uno se pregunta cómo es posible que haya generado tanta alarma y que haya suscitado informaciones tan contradictorias en una ciudad que aparentemente desarrolla gran parte de su actividad de cara al mar. Algo no debe ir bien en la manera en que se relacionan nuestra ciudad y el mar cuando este resulta tan desconocido para aquella, cuando tan poca gente recuerda haber paseado de noche por la playa y haber percibido esa extraña luz, que no es sino otra de las características de Noctiluca scintillans, la de emitir bio-luminiscencia como luciérnagas marinas.

JM Mercado